lunes, 30 de abril de 2018

Un terremoto de 3,2 en los Pirineos se siente en Sort


Un terremoto de 3,2 en los Pirineos se siente en Sort

Un terremoto de 3,2 registrado anoche en el pirineo catalán se ha dejado sentir entre lso vecinos de Sort, en la zona de Pallars (Lleida), según ha informado el Instituto Geográfico Nacional. La sacudida se produjo minutos antes de la pasada medianoche, con epicentro entre las localidades de Espot, Sort, La Torre de Cabdella y Llavorsí, con una profundidad de unos 11 kilómetros. No ha víctimas ni daños.
El temblor, a pesar de haber sido sentido por la población, no ha provocado llamadas al teléfono de emergencias 112, según ha informado la agencia Europa Press. El Institut Cartogràfic i Geològic de Catalunya (ICGC), que rebaja a 2,9 la magnitud, ha asegurado a esta agencia que el epicentro estaba en una zona del Pirineo especialmente poco poblada. Protección Civil de la Generalitat ha añadido que el temblor se ha notado en Sort (Lleida), capital de la comarca, aunque no ha provocado desperfectos.
Por otro lado,  un terremoto de la misma magnitud fue detectado anoche entre las islas de Gran Canaria y Fuerteventura, ha informado el Instituto Geográfico Nacional (IGM), informa Efe.  El movimiento sísmico en el canal que separa ambas islas atlánticas se ha producido a las 07.01, hora local, a unos 8 kilómetros de profundidad en la latitud 29.1995 y longitud -15.0617, con una intensidad de 3,2.
Temblores como este, que no ha sido sentido por la población, son frecuentes en el archipiélago y sus aguas, como los dos registrados este sábado, 15.04 y 17.00, hora local, entre Tenerife y Gran Canaria, el primero de magnitud 2,2 y a 4 kilómetros de profundidad, y el segundo de 2,0 y detectado a 30 kilómetros.

Paradoja de hielo

Parecerá contradictorio, pero cuanto más hielo ártico se derrite, más peligroso es el hielo a la deriva para los barcos del Atlántico Norte. Es la conclusión de David Babb, de la Universidad de Manitoba, y sus colaboradores tras analizar un auténtica invasión del hielo ante la costa este de Canadá en mayo y junio de 2017. Como explican en Geophysical Research Letters, el hielo que bloqueó los puertos de Terranova e incluso dañó algunos barcos venía de las latitudes más al norte. Era hielo de muchos años, que se formó en el mar de Lincoln, al norte del archipiélago canadiense, donde de forma completamente normal impide el año entero el paso de los barcos. Sin embargo, desde que el Ártico viene calentándose los brazos de mar entre las islas son a menudo transitables, así que los vientos y las corrientes pueden arrastrar grandes cantidades de hielo hacia el sur, donde estorban el tráfico naval.
El hielo marino no es una rareza ante Terranova. Sin embargo, lo normal es que en mayo ya se haya derretido. En 2017, además, pescadores y capitanes de la isla se encontraron con un inconveniente. El mar permaneció hasta junio cubierto de hielo a la deriva. El rompehielos canadiense Amundsen tuvo que interrumpir un viaje de investigación para conducir a ferris y cargueros a través del hielo hasta aguas abiertas y liberar barcos de pesca atrapados en el hielo.
Hielo tan masivo no suele haberlo en el Atlántico Norte, un hielo que dura varios inviernos, hasta que tiene metros de espesor. Tan viejo, solo se ve hoy al norte de Groenlandia. Pero cuanto menos hielo contiene el Ártico, más móvil es el viejo y grueso. Y lo sucedido en 2017 podría repetirse este año al ponerse en movimiento en otras partes. En febrero de 2018, la NASA fotografió en el cabo Morris Jesup, la punta septentrional de Groenlandia, una enorme superficie de agua despejada en un lugar donde en pleno invierno la placa debería tener metros de altura. Es posible que ese hielo espeso antes encerrado se desplace por la costa de Groenlandia hacia el sur, directamente hacia las rutas náuticas del Atlántico Norte.

domingo, 29 de abril de 2018

Luz sobre la ola de incendios forestales en Galicia


El informe de la Policía Autonómica sobre la ola de incendios que afectó a Galicia apunta a que hubo un "cóctel meteorológico perfecto" en el que los fuertes vientos provocaron el desplazamiento de brasas a una distancia "de entre uno y cinco kilómetros", unido a las altas temperaturas y una sequía que provocó "la deshidratación de plantas", que da lugar a la emisión de etileno de su interior, el cual "al tratarse de un compuesto químico altamente inflamable multiplica el riesgo de incendios en la zona".

En su informe de más de medio centenar de páginas, al que ha tenido acceso Europa Press, remitido a la comisión de incendios del Parlamento gallego, la Policía Autonómica informa de que investigó un total de 97 incendios (51 en Ourense, 22 en Pontevedra, 15 en Lugo y 9 en A Coruña) durante la ola de fuegos de octubre.
Luz sobre la ola de incendios forestales en Galicia
Así, determina como "causas estructurales" de esos incendios las condiciones "meteorológicas, ecológicas y sociales", sin embargo en el estudio no entra a analizar cuestiones relativas a incendiarios.
Es más, el único apunte que realiza sobre este tema es que "aunque es cierto que la entrada del otoño acostumbra venir acompañada de fuegos intencionados", "tanto para recuperar zonas de pasto como por la coincidencia de la campaña de incendios", "no es habitual la virulencia, magnitud y rápida propagación de los incendios del fin de semana del 14 y 15 de octubre".
En este sentido, señala que "las altas temperaturas y ambiente seco favorecen la propagación de un incendio" en periodos como el vivido a mediado del octubre pasado.
Asimismo, remarca que el viento superó los 80 kilómetros por hora en Vigo y alcanzó los 67 kilómetros por hora en Fornelos de Montes. De hecho, explica que cuando el viento llega a 36 kilómetros por hora "se propaga a una velocidad de uno a dos kilómetros por hora".

Abandono y despoblación

En esta línea, la Policía Autonómica llama la atención sobre que el abandono del rural en los últimos años "provocó que esas áreas carezcan de una gestión forestal preventiva", "sin olvidar el aumento de urbanizaciones aisladas de los núcleos urbanos y delimitadas por montes, que dificultan mucho las tareas de extinción en caso de incendio".
Aquí, resalta que "uno de los factores más estrechamente ligados a los incendios actuales es la despoblación de las zonas rurales y el abandono de los espacios forestales", "con el consecuente envejecimiento de las personas que quedan a vivir en el campo y una tendencia al abandono de las actividades agrícolas tradicionales".

Los pesticidas en la UE, reglas muy estrictas y usos deficientes

Hay sustancias que no pueden ser empleadas a no ser que su nivel de riesgo sea irrelevante. Pero no está claro cómo se define ese concepto; hay criterios diferentes”, explica Emanuela Bozzini, experta de la Universidad de Trento y autora de varios estudios sobre la regulación europea.
Protesta de Greenpeace en Roma contra le uso de algunos pesticidas.El proceso consta de dos niveles de decisión. La UE aprueba las sustancias activas que pueden utilizarse en los cultivos europeos, basándose en los estudios de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria y con la colaboración de los organismos nacionales. Una vez la sustancia activa es considerada apta, corresponde a cada Estado miembro dar el visto bueno al producto final (la marca que se comercializa) que puede emplearse en su territorio. Como muestra de que el nivel de celo es cada vez mayor, Bruselas argumenta que el número de sustancias permitidas ha caído a la mitad, desde las 1.000 que se empleaban hace 25 años hasta unas 500 en la actualidad. Y el 25% de ellas son consideradas de bajo riesgo porque restringen el componente químico y lo sustituyen por extractos de plantas o feromonas de insectos.

Pero las especificidades de cada país llevan a descolgarse de la norma con mayor frecuencia de la deseable. Las excepciones a la prohibición general de utilizar determinadas sustancias activas han pasado de ser 59 en 2007 a casi 400 el año pasado. “Hay muchas que se otorgan sin justificación”, argumenta Pavel Poc, diputado socialista integrante de una comisión especial que ha constituido el Parlamento Europeo para abordar este problema. Además, los países no fomentan tanto como debieran el empleo de sustancias alternativas —menos invasivas— pese a que una directiva de 2009 les obliga a hacerlo. Solo entre el 1% y el 13% de los productos avalados por los reguladores nacionales están libres de químicos, según datos de la Comisión Europea.

Otra cosa es el efecto que esas sustancias puedan generar en la salud. Los Estados miembros “tienen dificultades para recopilar datos precisos sobre impactos crónicos en la salud vinculados a los pesticidas”, según recoge un reciente estudio de la Comisión sobre cómo se aplican las reglas en los diferentes países.

Lo paradójico es que la inquietud ciudadana respecto al impacto de los pesticidas en la salud se acentúa en el momento en que más se vigilan esos riesgos. El Ejecutivo comunitario pretende incluir la sostenibilidad de los cultivos como uno de los elementos que definan la Política Agraria Común, lo que le otorgaría mucha más relevancia pública. Y al hilo de la polémica del glifosato, el Parlamento Europeo evalúa, hasta final de año, los procesos de autorización de los pesticidas. En esta línea de mayor precaución, la UE decidió el pasado viernes prohibir totalmente el uso al aire libre de tres insecticidas muy extendidos por el riesgo que representan para las abejas silvestres.
Casi todas las fuentes consultadas coinciden en que la controversia generada en torno al glifosato revela más una preocupación general hacia la exposición a sustancias tóxicas que una objeción hacia esta en concreto. “El escándalo de los papeles de Monsanto [una investigación que apuntaba a presiones de esta multinacional sobre la autoridad europea que aprueba las sustancias] muestra que el problema con la autorización del glifosato va mucho más allá, que hay influencias en el proceso de decisión y en la investigación a una escala sin precedentes”, sostiene el diputado checo Poc.
La industria, que prefiere denominar a los pesticidas productos fitosanitarios, opone que dedica a la investigación buena parte de sus recursos y que los procesos para obtener autorizaciones son largos y tortuosos. “Se requieren 150 estudios y 11 años de media para llegar a comercializar el producto”, detallan fuentes del sector. Las empresas se saben bajo la lupa en un debate que ha adquirido tintes más políticos que científicos. El propio presidente francés, Emmanuel Macron, aboga por prohibir el glifosato en Francia, pero al mismo tiempo abre la puerta a las excepciones. Una estrategia para contentar a todos en un dosier envenenado.

martes, 24 de abril de 2018

Detectan la primera camada salvaje de lince ibérico nacida en 2018 en Castilla-La Mancha

Cachorros de lince ibérico en Castilla-La Mancha

En concreto, la hembra Mesta, liberada en 2016 en la provincia de Ciudad Real ha parido tres cachorros. El consejero de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural se ha congratulado de haber conocido esta noticia este domingo, coincidiendo con la conmemoración del Día de la Tierra. De ellos 32 han nacido en los Montes de Toledo y los otros 17 en Sierra Morena Oriental . Ambas zonas han logrado durante el desarrollo del programa Life+Iberlince contar con una destacada presencia de hembras asentadas en el territorio, cinco en Sierra Morena Oriental y siete en los Montes de Toledo. 

Cabe recordar que gracias a este proyecto dirigido por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha se han liberado en Castilla-La Mancha un total de 70 linces ibéricos desde 2014. Fruto de estas liberaciones se ha logrado consolidar dos poblaciones estables de lince ibérico en la región, alcanzándose los objetivos que se había propuesto inicialmente este proyecto de lograr una presencia estable de hembras territoriales. Estos objetivos se ha conseguido con el respaldo y el apoyo de los propietarios, gestores y arrendatarios de los terrenos públicos y privados. Los socios que han participado activamente en el desarrollado del proyecto en Castilla-La Mancha han sido la Consejería de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural, WWF, Aproca y la empresa Fomecam. 

Así viven los perros de un criadero



Un grupo de animalistas ha denunciado ante la Guardia Civil las «lamentables» condiciones higiénico-sanitarias en la que viven algunos de los 93 perros del criadero Aguas Claras de Tres Cantos, al tiempo que han grabado un vídeo para ilustrarlo y que ha difundido la asociación Veggie for animals. « Porque pagar un veterinario, y el correspondiente tratamiento, supone un gasto económico que no quieren afrontar. » En el recorrido realizado por las instalaciones, los animalistas se encuentran con cuatro cadáveres de perros calcinados, uno de ellos con dos golpes en la cabeza y su cráneo hundido en la zona frontal. «Las perras están ahí para dar a luz tantos cachorros como sea posible, cuando sus cuerpos no dan más de sí y no pueden parir más, no generan beneficios económicos. »

Durante el recorrido por los chelines los animalistas comprueban que varios animales viven «entre heces, orina y agua verde» y otros no ven la luz del sol, «enjaulados toda la vida en recintos oscuros y cerrados y durmiendo sobre un suelo frío». También acusan a los responsables del criadero de reducir al máximo el agua, la limpieza y la atención médica a los animales con imágenes de la mala situación en la que se encuentran. «A las madres se les obliga a parir dos veces al año y son separadas de sus bebés al nacer,cuando venden que se han criado en familia y en las mejores condiciones», dice el narrador del vídeo. Las personas que grabaron el vídeo han señalado, por su parte, que entraron al criadero por una zona abierta de acceso y salida para un rebaño de ovejas, por lo que «no han roto ni saltado ninguna valla». 

Veggie for animals recuerda que hace «más de un mes» que trasladaron a la Guardia Civil esta situación, por lo que critican que «no se haya puesto un remedio a todo esto».También critican que el Servicio de Protección de la Naturaleza y el Ayuntamiento de Tres Cantos conocen esta situación «porque ya tiene otras denuncias y un expediente abierto desde hace años». Fuentes del Ayuntamiento de Tres Cantos afirman que no tenían conocimiento de la denuncia ni de los hechos que ésta recoge, y añaden que ya han alertado a la Policía Local, por si tiene que colaborar o tomar medidas al respecto,aunque añaden que no es competencia directa del Consistorio. 



domingo, 22 de abril de 2018

El animal terrestre más grande que quedará será la vaca


Allí donde han llegado los humanos, la vida salvaje se ha resentido. La mayoría de las especies, salvo las oportunistas, han mermado y muchas de ellas, en particular las potenciales rivales por los recursos, fueron llevadas a la extinción. Ahora un estudio muestra que la expansión humana por el planeta ha ido en paralelo a una reducción del tamaño de los mamíferos que han sobrevivido a su llegada. Y el fenómeno no es del siglo pasado, lleva pasando desde que los primeros humanos salieron de África.
Diversos estudios han mostrado que la biodiversidad está en retirada en todas partes. La tasa de extinción de especies de los últimos siglos es hasta 100 veces mayor que la tasa natural. Las causas son múltiples, aunque la mayoría llevan la marca humana: conversión de espacios naturales en campos de cultivo, urbanización, caza, deterioro del hábitat, cambio climático... Pero el riesgo de desaparecer no es el mismo para todos los animales.
"Cuánto más grande, mayor probabilidad de extinción", dice la bióloga Felisa Smith, de la Universidad de Nuevo México (EE UU). En las extinciones masivas del pasado no se produjo este sesgo por masa corporal, ni siquiera en la extinción del Cretácico-Paleógeno, la de los dinosaurios, de hace 65 millones de años, que dio paso al reinado de los mamíferos. "Aquel evento llevó a la extinción a la mayoría de los organismos de más de 10 kilogramos, pero el riesgo de extinción no aumentó en función del tamaño corporal", añade. ¿Qué variable no existía en las cinco masivas extinciones anteriores? La presencia humana.
Al analizar los datos por continentes, el estudio muestra la coincidencia temporal entre la expansión humana, primero en África y después fuera de ella, y la jibarización de las especies. Aunque la datación del inicio del gran viaje desde el continente africano aún no está clara, los científicos están más o menos de acuerdo en los rangos temporales: entre hace 80.000 y hace 60.000 años, los Homo sapiens ya habitaban tanto África como Eurasia. En torno a hace 50.000 años llegaron a Australia y, mucho después, hace menos de 20.000 años, lo hicieron a las Américas.Junto a un grupo de colegas de varias universidades de EE UU, Smith ha recopilado datos, la mayoría obtenidos del registro fósil, sobre la masa corporal, la distribución geográfica y el tipo de alimentación de 3.300 especies de mamíferos, muchas de ellas ya extinguidas. Su trabajo, publicado en la revista Science, muestra que, desde finales del periodo Cuaternario (hace unos 125.000 años), los fósiles cada vez eran más pequeños. Lo más llamativo de este empequeñecimiento de la vida es que no se había producido antes en toda la era cenozoica, que incluye al Cuaternario, es decir, desde la extinción de los dinosaurios.
El estudio muestra que siempre después de la llegada de los humanos, nunca antes, las especies más grandes fueron las que más se extinguieron. El fenómeno de la extinción de la megafauna de finales del Pleistoceno (mamut lanudo, tigre dientes de sable...) es el más estudiado. Pero no es el único y la tendencia siempre ha ido en la misma dirección: las especies supervivientes a la llegada de los humanos son más pequeñas que las que había antes.
"En términos globales, el tamaño corporal medio hace 125.000 años era de 69 kilogramos y el máximo [las especies más grandes, como los mamuts] en torno a las 10,8 toneladas. Hoy, la media es de 16 kg y el máximo [elefantes] de 3.900 kg. En el futuro, bajarán hasta los 6,9 kg y un máximo de 900 kg", estima Smith. En ese futuro, la investigadora estadounidense considera muy improbable la supervivencia de los grandes mamíferos que aún quedan en África y otras regiones.
"Igual no se extinguen, quedarán algunos reductos, dos poblaciones de elefantes allá o dos de leones, pero con nulo papel ecológico", dice el investigador Gerardo Ceballos, del Instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México. No relacionado con este estudio, Ceballos lleva años investigando, aportando datos y alertando de la sexta extinción masiva que está en proceso. "Este trabajo muestra que, ya desde el inicio de su expansión, los humanos empezaron a tener un gran impacto", comenta.
Pero Ceballos cree que ahora se está en una nueva fase. "La extinción era antes de los grandes mamíferos y desde hace un tiempo ha dejado de ser selectiva, afectando no solo a los mamíferos de todos los tamaños, sino también a peces, aves, anfibios...". En lo que coincide con los autores del trabajo es que, de no detener esta "aniquilación de la vida salvaje", la mayoría de los animales serán domésticos o de granja y los más grandes serán las vacas.

Catástrofe de Aznalcóllar: cuando el que contamina no paga

Cuentan los vecinos que en la madrugada de aquel 25 de abril de 1998, hace ahora dos décadas, un estruendo resonó en Aznalcóllar. Y esta vez no era una de las habituales explosiones controladas para horadar la roca en la mina del municipio sevillano. Aquel estruendo fue el inicio de uno de los peores accidentes medioambientales en España y de una interminable carrera para lograr que la empresa que explotaba la mina Los Frailes –la sueca Boliden– asuma el multimillonario coste del desastre. Porque, 20 años después, quien contaminó aún no ha pagado.
Aquella noche de abril parte del muro de la gigantesca balsa de residuos de la explotación minera se vino abajo. Y se desató una riada de lodos tóxicos y aguas ácidas. La brecha –de 50 metros– se abrió en la pared de la balsa que daba al río Agrio, que a su vez desemboca en el Guadiamar, que termina en el Guadalquivir y en Doñana... Un recorrido de 62 kilómetros por el que discurrieron seis millones de metros cúbicos de lodos y aguas contaminados con zinc, plomo, azufre...
La Junta de Andalucía, el Gobierno y Boliden llenaron el Guadiamar de diques y represas para evitar que el vertido llegase a Doñana. Y se logró que se quedaran a las puertas del espacio protegido.
En los meses siguientes se depuraron aguas, se descontaminó la tierra y se retiraron los lodos de una superficie de 4.634 hectáreas. La balsa está ahora sellada y colmatada –y coronada por paneles solares– y el río Guadiamar es un corredor verde. Pero la Junta y el Gobierno siguen reclamando a Boliden más de 133 millones.
Cada año, esta compañía incluye una coletilla en sus informes de resultados cuando se refiere a los procedimientos judiciales abiertos en España: "La empresa no sufrirá ninguna pérdida financiera sustancial como resultado" de esos procesos. "Boliden gastó aproximadamente 100 millones de euros", sostiene un portavoz de la empresa a través de un correo electrónico. Esos recursos fueron para "las medidas de limpieza y recuperación", añade.
Pero Boliden solo se hizo cargo de la zona más próxima a la balsa. La limpieza del resto de la superficie afectada por el vertido tóxico –el 90% de toda la zona dañada– corrió a cargo del Gobierno y, sobre todo, de la Junta. También las costosas expropiaciones, que superaron los 60 millones de euros.
Estas dos Administraciones no han logrado recuperar lo que costaron aquellos trabajos. La Junta reclama desde 2002 a la multinacional 89,9 millones solo por los gastos de restauración de la zona; el Gobierno central intenta cobrar la sanción de 43,7 millones que le impuso también en 2002.
"Sí, en principio, quien contamina debe pagar", admite uno de los abogados que ha ayudado en estos 20 años a Boliden a evitar que las Administraciones cobren. Pero el letrado, que prefiere quedar en el anonimato, apunta como responsable de la catástrofe a las constructoras de la balsa y a los que hicieron los estudios geológicos. Boliden demandó en su día a esas empresas –ACS, Geocisa e Intecsa-Inarsa–, pero la justicia no le dio la razón.
Cuando en 2002 la Junta y el Gobierno iniciaron los trámites para que Boliden pagara esos 133 millones, la multinacional ya había recurrido a una táctica bien conocida en las zonas que han sufrido un desastre medioambiental: echar el cierre de su filial y marcharse. Boliden clausuró en 2001 la mina, dejó sin empleo a más de 400 trabajadores y cerró su filial en España, Aprisa.
Esta marcha ha complicado la recuperación de los fondos públicos que se emplearon para descontaminar la zona afectada y la sanción. También han influido los vaivenes judiciales de un caso en el que la vía penal se cerró en 2000 sin que se condenara a nadie. Un buen ejemplo de este periplo interminable es el recorrido de la demanda por los 89,9 millones presentada en 2002 por la Junta. La reclamación se presentó en el Juzgado de Instrucción 11 de Sevilla y, tras 13 años en los que magistrados de diferentes instancias y jurisdicciones declaraban que no eran los competentes para decidir, el caso volvió al punto de partida. En 2015 el Ejecutivo andaluz tuvo que volver a presentar la misma demanda por 89,9 millones en el mismo Juzgado de Instrucción 11. Hace un par de años, el juez intentó que ambas partes llegaran a un acuerdo, detallan fuentes del caso. Pero no fue posible y ahora se está a la espera de que se fije la vista oral para esta enquistada demanda.
¿Podría darse ahora un caso similar? "No, la Ley de Responsabilidad Ambiental, de 2007, establece que quien contamina paga", responde el viceconsejero andaluz de Medio Ambiente, José Luis Hernández Garijo. "Han transcurrido 20 años y la normativa, afortunadamente, ha evolucionado", coincide Ana Barreira, directora del Instituto Internacional de Derecho y Medio Ambiente. "Tanto la legislación específica de responsabilidad medioambiental, que define como daño medioambiental los causados a la biodiversidad, las aguas continentales y marinas y los suelos, como la legislación sectorial establecen un régimen para la prevención y reparación", añade. Otra cosa es aspirar a una respuesta veloz. "Es un problema del sistema; si tienes dinero para recurrir, eternizas los casos", explica Carlos González-Antón, abogado especializado en derecho medioambiental.
Antonio Vercher, el fiscal de sala coordinador de medio ambiente y urbanismo, prefiere ser pragmático; es decir, centrarse en evitar que se produzca una tragedia similar. Recuerda que su departamento solicitó a principios de esta década al Instituto Geológico y Minero de España un listado de las grandes balsas de residuos mineros que puedan ser un riesgo. "Y se presentó una querella por una balsa de Mazarrón, en Murcia", explica. "Estamos decididos a que no pase otro desastre como Aznalcóllar".
Para más información: https://politica.elpais.com/politica/2018/04/20/actualidad/1524223258_103979.html

sábado, 21 de abril de 2018

La crecida del Ebro deja 19000 hectáreas inundadas y daños por valor de 25 millones de euros.

Aragón iniciará un plan de indemnizaciones complementario al cobro del seguro agrario para las superficies que estén aseguradas.



La crecida del Ebro ha dejado desde la semana pasada un saldo de 19.000 hectáreas inundadas —14.000 de ellas de cultivos— y ha provocado daños por valor de 25 millones de euros como consecuencia de la pérdida de las cosechas y de los desperfectos en infraestructuras privadas o colectivas. Así lo revelan los datos presentados este jueves por el consejero de Desarrollo Rural y Sostenibilidad del Gobierno de Aragón, Joaquín Olona. La crecida del Ebro dejó en alerta a numerosos municipios de Navarra, La Rioja y Aragón desde hace una semana. 
Después de una reunión con los responsables agrarios de la zona, Olona ha informado de que va a poner en marcha un plan de indemnizaciones complementario al cobro del seguro agrario, pero únicamente para las superficies que estén aseguradas. Estas tierras podrían ascender a un 10% del terreno anegado por agua en la ribera del Ebro. 
"Las indemnizaciones son un dinero público y lo justo es que se canalicen en los que hacen lo que deben", ha explicado el consejero a los medios de comunicación, agregando que desde el inicio de su legislatura recomendó a los agricultores y ganaderos contratar una póliza de seguro agrario. Olana no ha especificado de dónde saldrá el dinero para este paquete de ayudas adicionales.
Las organizaciones agrarias han mostrado su conformidad con el modelo de indemnizaciones, aunque han reivindicado medidas que garanticen una mayor previsión ante futuras avenidas del río. El secretario general de la Unión de Agricultores y Ganaderos de Aragón, José Manuel Penella, ha reclamado que se solicite al Gobierno central y a la Unión Europea la declaración de "desastre natural" en las zonas afectadas con el objetivo de poder compatibilizar las indemnizaciones con otro tipo de ayudas. 
"Damos el año por perdido porque estamos a final de abril y en julio no se puede reiniciar un curso agrícola", ha indicado Penella, destacando que los cultivos de alfalfa, cereal de invierno, hortaliza y maíz han sido los más afectados. Las organizaciones agrarias también pidieron más coordinación entre las administraciones y la ampliación del presupuesto para el medio rural que permitirían construir nuevas infraestructuras, como embalses. Por su parte, el presidente de la Asociación Regional de Agricultores y Ganaderos de Aragón, Jorge Valero, ha reclamado que se pongan en marcha planes de limpieza en el río para impedir que se produzcan las crecidas de forma habitual
Durante el plan de emergencia, un total de 50.000 animales fueron evacuados, correspondientes a 62 granjas de la comunidad. Sin embargo, el consejero ha admitido que en algunos casos fue imposible realizar la evacuación de las cabezas de ganado, por lo que se desplegó un dispositivo para atender a los animales atrapados. En cuanto a la situación de la granja de Villafranca de Ebro (Zaragoza), donde más de 1.000 cerdos quedaron atrapados y 94 murieron, el consejero ha achacado la responsabilidad al propietario de los animales y no al ganadero: "Los problemas no son atribuibles al ganadero, que hizo todo lo que tenía que hacer para que no se produjera la situación".
No es el único incidente que se ha saldado con la muerte de varios animales. En una granja de Tauste, el consejero Olona ha calculado que 600 lechones fallecieron como consecuencia de la riada además de 200 ovejas en las instalaciones de Codos. El intento de rescate de los animales provocó la muerte del pastor Manuel Jesús Lázaro, una pérdida que Olona ha calificado como "el mayor daño" provocado por la crecida del Ebro.

Un canguro muere en un zoo de China tras ser apedreado por el público para que saltara



Un canguro ha muerto apedreado en un zoo en el sudeste de China. Y otro ha resultado herido. Varios visitantes les tiraron piedras y ladrillos para intentar que saltaran. Pero se les fue de las manos: uno falleció por una hemorragia renal y otro quedó lesionado. Después del incidente, los propietarios del zoo quieren instalar cámaras de seguridad para evitar que los animales sufran agresiones.


Dos canguros en un zoo de China. Es habitual que los visitantes de zoológicos intenten provocar a los marsupiales para que salten, según indica la agencia AFP. Las víctimas, que habitaban en el zoológico de Fuzhou en la provincia de Fuijian, fueron una canguro hembra de 12 años y un canguro macho de cinco. Solo una valla de madera de un metro separa a los visitantes de los marsupiales. El pasado 28 de febrero varias personas apedrearon al canguro hembra causándole heridas graves en una pata. El animal falleció un día después por una hemorragia renal causada por los golpes. Unas semanas más tarde, un marsupial macho de cinco años resultó levemente herido de manera similar.
Los trabajadores del zoo explican que estos hechos solo hacen que haya menos canguros en el área de exhibición, según informan varios medios de comunicación de China.  Los ejemplares, según explican desde el parque, suelen estar activos de ocho a diez de la mañana y de tres a cinco de la tarde. Después se alimentan y se acuestan debajo de un árbol. Los turistas, según las normas del zoo, deberían respetarlos.
No es la primera vez que algún animal se pone enfermo en el zoo por culpa de los visitantes. Los osos y los monos suelen tener problemas intestinales porque muchos turistas los alimentan con comida inadecuada, como pasteles o pan.
Además, en otros centros del país también son habituales las escenas de maltrato animal. Por ejemplo, en junio de 2017 varios accionistas de un zoo, en disputa con la administración del parque, lanzaron un burro vivo a un estanque para que varios tigres lo devoraran. Varios visitantes observaron la escena y compartieron un vídeo en redes sociales.

viernes, 20 de abril de 2018

Demoler presas y liberar ríos un reto para España.


El 21 de abril se celebra el Día Mundial de las Migraciones de Peces, una fecha para celebrar el viaje que realizan los peces migratorios para reproducirse, cruzando océanos y ríos. Pero muchos no llegan a su destino final por las presas (grandes y pequeñas) que bloquean los ríos.

Desde WWF pedimos a los Gobiernos que aumenten los esfuerzos para demoler presas antiguas y obsoletas, una de las medidas más efectivas para recuperar la salud de los ríos y sus especies.

La fragmentación de los ríos es una razón de la pérdida de peces y otras especies de agua dulce en Europa, y la mala salud de nuestros ríos (un 50% de las masas de agua están en mal estado).

Según un reciente estudio del proyecto europeo AMBER, en España hay un obstáculo artificial por cada kilómetro de río. En los ríos estudiados, el 17% de las presas no estaban en funcionamiento, y tan sólo el 2% disponían de escalas para permitir el paso de los peces.

“El tiempo de las presas en Europa se acaba, y ahora debemos centrarnos en devolver la vida a nuestros ríos. El Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente debe parar los proyectos destructivos que hay en marcha, y ser más ambicioso en la demolición de presas”, dice Eva Hernández, responsable de Aguas y Agricultura de WWF España.

Las demoliciones de presas comienzan a extenderse por Europa, impulsadas en gran medida por los ambiciosos objetivos de la Directiva Marco del Agua. Hasta el momento, 4.500 obstáculos de todo tipo se han removido en Europa. En España, tras la campaña “Liberando Ríos”, muchas Confederaciones Hidrográficas han asumido la necesidad de identificar y demoler estos obstáculos.

La semana pasada, la Confederación Hidrográfica del Duero comenzó a demoler la presa de Yecla de Yeltes, la mayor obra de este tipo realizada hasta la fecha en España. De hecho, esta cuenca se ha convertido en un referente a nivel europeo en este tipo de restauraciones fluviales.
“Si queremos detener la pérdida de biodiversidad, asegurar el agua del futuro y mantener especies como el salmón o la anguila, necesitamos menos obstáculos y más ríos libres”, concluye Eva Hernández.

jueves, 19 de abril de 2018

Cerca del 30% de los corales de la Gran Barrera se perdió en 2016

Arrecife de la Gran Barrera de Coral, Australia / Foto: Coffe&Milk

Un nuevo estudio muestra que los corales en el norte de la Gran Barrera de Coral experimentaron una muerte catastrófica tras la ola de calor marina de 2016. El estudio encontró que el 29% de los 3.863 arrecifes que componen el sistema de arrecifes más grande del mundo perdieron dos tercios o más de sus corales, lo que transformó la capacidad de estos arrecifes para mantener un funcionamiento ecológico completo.

Los científicos dicen que estos hallazgos refuerzan la necesidad de evaluar el riesgo de un colapso a gran escala de los ecosistemas de los arrecifes, especialmente si la acción global sobre el cambio climático no limita el calentamiento a 1,5-2 grados por encima de los niveles preindustriales.

Los investigadores advierten que, si no se frena el cambio climático, provocando que la temperatura global suba mucho más de 2 grados, se alterarán radicalmente los ecosistemas de arrecifes tropicales y se perjudicarán los beneficios que proporcionan a cientos de millones de personas, principalmente en países pobres y en rápido desarrollo.

lunes, 16 de abril de 2018

Ecovisionarios del mundo se reunen en Lisboa para salvar la Tierra

En medio de un paisaje muerto de Tejas, ondea una tétrica bandera que en lugar de barras y estrellas lanza chorros negros de humo. El lugar se llama Spindletop, allí mismo nació en surgió, el 10 de enero de 1901 el primer gran pozo petrolífero. Su abandono actual le sirve al artista irlandés John Gerrard para denunciar la dramática situación del planeta.
Gerrard es uno de la cincuentena de artistas y arquitectos que en el MAAT de Lisboa, conjuntamente con centros artísticos de España, Suiza y Suecia lanzan a la vez sus particulares visiones críticas o sus soluciones ante las transformaciones ambientales que sufrimos.
“Quizás no será la exposición más elogiada o visitada, pero sin duda es la más ambiciosa de la historia del MAAT”, explica Pedro Gadanho, uno de sus comisarios. “Trata el tema más importante al que se enfrenta la humanidad, el cambio climático. Es una exposición-manifiesto, de denuncias pero también de propuestas”.
Ecovisionarios: arte y arquitectura después del Antropoceno expone decenas de trabajos multidisciplinares, del grafismo a la ingeniería, para criticar y denunciar la destrucción de la naturaleza pero también para proponer soluciones que ayuden a los humanos a subsistir. “Desde la invención de la máquina de vapor, la actividad humana ha afectado significativamente a la Tierra. A este periodo en que vivimos, los científicos le llaman la era del Antropoceno”, explica la comisaria Mariana Pestana.
La muestra se organiza en cuatro secciones, Desastre, Coexistencia, Extinción y Adaptación. No es un relato cronológico de la situación, sino una distribución de las obras según su temática. En Desastre, junto al vídeo desolador de la Western flag de Gerrard, que huele al denostado oro negro, se exponen las consecuencias de las minas de litio, esas del futuro limpio de las baterías de los coches eléctricos.
Cuando parece que estamos condenados al suicidio, en Coexistencia, el estudio de arquitectura de Andrés Jaque da alguna esperanza con sus instalaciones de agua basadas en la purificación y reciclaje de este recurso natural cada día más escaso.
La artivista británica de nacimiento, pero colombiana de vida, Carolina Caycedo, denuncia el impacto de las presas en las vidas de las comunidades que habitan en los márgenes de los ríos afectados, como el Yuma o el Yaquí. En esta coexistencia difícil, Forest Law, de Ursula Biemann y Paulo Tavares, recuerdan la histórica victoria del reconocimiento al Amazonas de derechos jurídicos. Ante un atentado, la selva puede acudir a los tribunales.
Extinción nos recuerda las especies que han desaparecido y que siguen desapareciendo cada día y que solo es cuestión de tiempo que le llegue al hombre, por listo que se crea. Es verdad que unos arquitectos portugueses han ideado una especie de cuba-ducha que garantiza la autosuficiencia humana aprovechando los propios detritus y que el checo Kristof Kintera expone collages y pinturas de plantas extrañas nacidas de la promiscuidad con cables y plásticos. Después de matar la naturaleza con la fabricación de plásticos estos mismos plásticos son capaces de crear nuevos seres mitad cable mitad berza, como la inquietante Cerebrum Asphaltum.
La británica Alexandra Daisy Ginsberg es más práctica, en Designing for the sixt extinction trabaja con bioingenieros, biología sintética e inteligencia artificial para crear sus propias especies que le permitan sobrevivir a la extinción de los bosques. El calentamiento global nos acerca a la Sexta Glaciación. Ya vimos en la película Ice age lo mal que lo pasó la ardillita Scrat para sobrevivir. Los mamuts murieron, los dinosaurios también, desaparecen los animales que más consumen, como elefantes, rinocerontes y tigres, ergo somos los siguientes en la lista fatídica. El equipo de Rimini Protokoll coloca al visitante delante de un acuario lleno de medusas. La voz de un biólogo nos explica que ellas viven desde hace 500 millones años, que ellas seguirán ahí y nosotros no. “El motivo de su supervivencia es que necesitan muy poquito para vivir y reproducirse”, explica el alemán Daniel Wetzel. “El hombre es un depredador, un gran consumidor de energías. La finalidad de nuestros trabajos es plantear el arte como un medio de pensar en lo que nos rodea y procurar un cambio de nuestros comportamientos”.
Si hay extinción, la alemana Regina Frank opta por ponerse encima todo como una Divina Comedia. “Es un enorme tapiz en plástico reciclable con todos los fenómenos naturales, a un lado los buenos, al otro los malos; nos lo podemos colocar encima, como si fuera nuestra piel para nunca olvidarnos de dónde venimos”.
Quizás el ser humano ha llegado hasta aquí por su capacidad de adaptación a las circunstancias más adversas. Adaptación es la última parte de la muestra, donde los artistas proponen nuevas formas de vivencia y nuevas estructuras sociales. Los arquitectos de Design Earth se replantean rediseñar el planeta y The Center for Gastronomy Genomic nos avisa que los platos de cuchara están condenados, pero que tendremos supositorios al gusto. Dunne and Raby se dedican a diseñar nuevos sistemas digestivos adaptados a lo que nos viene más parecidos al del ruiseñor que al de Schwarzenegger.
El ejército de ecovisionarios instalado en el MAAT lisboeta nos advierte que el final está cerca, que cada vez vuelan menos mariposas en el campo, pero que hay soluciones, que aún estamos a tiempo, y por eso nos gritan a su manera: ¡Antropocénidos del mundo, despertad!

domingo, 15 de abril de 2018

Países al calor de la inequidad


Incendio en California del pasado diembre. 

El coste del cambio climático aumenta a medida que se publica un nuevo estudio. Si el planeta se cruza de brazos perderá —según el informe Stern Review— al menos el equivalente al 5% de su riqueza cada año. Cada 4ºC de calentamiento pone en riesgo entre el 1% y el 5% de los ingresos del mundo. Y esa auditoría de la preocupación se repartirá de forma injusta. Sufrirán más los desheredados. Un informe reciente del Banco Mundial sostiene que sin las políticas adecuadas que protejan a los más pobres de las subidas del mar y del tiempo extremo, el calentamiento global llevará a 100 millones de seres humanos a la miseria en 2030. 
Detrás de esas palabras, los números prosiguen su danza, cambian según instituciones y agencias pero no ocultan el problema. La organización Dara y el Climate Vulnerable Forum sostienen que esta transformación del clima malbarata 1,2 billones de dólares (970.000 millones de euros) anuales en prosperidad global. Otras fuentes dan nuevas cifras. La Casa Blanca calcula —usando datos de 2013— que si la temperatura aumenta de 2ºC a 3ºC, el PIB del mundo caerá un 0,9%. Solo para Estados Unidos supone pérdidas de 150.000 millones de dólares al año. Pero eso sucedía en otro país, el de la Administración Obama.
Donald Trump no pareció preocupado cuando sus asesores le dieron un memorándum que estimaba en 265.000 millones de dólares (215.000 millones de euros) los daños tras los huracanes Harvey, Irma y Maria. Indiferente, decidió abandonar el Tratado de París. “Sin embargo, a medida que el cambio climático empeora, veremos más sucesos catastróficos como esos”, advierte Steve Valk, director de comunicación de la ONG Citizens Climate Lobby. Y serán más caros. En los años 80, en Estados Unidos, el clima extremo costaba 50.000 millones de dólares. Esta cifra se ha cuadruplicado en la última década. Llevada al mundo equivale (según el Banco Mundial) a la pérdida, solo en consumo, de 420.000 millones de euros.
Sin embargo esas nubes que pasan no son todas negras. La consultora McKinsey ha estimado que con las opciones más viables de las que dispone el mundo para mantener la temperatura (como impone el acuerdo de París) 2ºC por encima de los niveles preindustriales, el coste para la economía del planeta estaría entre 200.000 y 350.000 millones de euros al año hasta 2030. Menos del 1% del PIB previsto durante esa fecha. Mitigar el desastre se paga. “El capital inicial necesario es de unos 530.000 millones de euros anuales hasta 2020 y 810.000 millones en 2030. Estas cifras parecen altas pero el precio de quedarse inmóvil es muy superior”, dice Hannah Ritchie, investigadora de la Universidad de Oxford.
El capitalismo propone también los bonos verdes. Instrumentos financieros que invierten en plantas solares, proyectos ecológicos o molinos de viento. Están respaldados por empresas (Apple, Starbucks), gobiernos e instituciones como el Banco Mundial. Pero es un mercado pequeño. En 2017 se emitieron 150.000 millones de dólares. Aunque es el doble que el año pasado todavía anda lejos, por ejemplo, de los 1,5 billones que manejan los bonos corporativos en EE UU. ¿Y con qué recursos invertirán las naciones vulnerables? Fondos como el Green Climate Fund “se están materializando muy lentamente”, reconoce Charlie Thomas, gestor de Jupiter AM. Si no se hace más, en 2050 habrá 140 millones de refugiados climáticos en el mundo.