El proyecto Turismo y Hongos desarrolla estos días las salidas de campo correspondientes a los cursos que se han celebrado los últimos meses y entre ellos los de experto en Micología, según ha informado la organización en un comunicado.
Las salidas se han efectuado a dos ecosistemas muy diferentes, por un lado la Serranía de Cuenca y por otro, el Valle de Alcudia en Ciudad Real.
En ambas salidas, han sido identificadas más de 300 especies distintas de hongos, muchos de los cuales han sido recolectados para trabajar con ellos al tratarse de especies raras o poco conocidas.
Según el director del proyecto, Juan Luis Aguirre, "la riqueza micológica de Castilla-La Mancha es altísisma" y ha especificado que en el estudio de campo también se ha trabajado en la identificación de especies de interés y cómo se diferencian de especies tóxicas para evitar casos de intoxicaciones.
Aguirre ha explicado que uno de los problemas detectados en las salidas de campo es que, con la riqueza micológica de la región y las posibilidades de desarrollo que tiene este sector, todavía la mayoría de los espacios no tienen normas de regulación, por lo que esta variedad no se utiliza como "un recurso económico de primera magnitud".
"Vemos a empresas que llevan operarios a los bosques de nuestra región y recolectan cientos de kilos sin que un solo euro de esas recolecciones se queden en las zonas rurales", ha lamentado.
En la jornada de recolección organizada en Puertollano, se encontraron varios ejemplares de Amanita cesarea, la seta más apreciada por los césares romanos que las recolectaban en España y eran transportadas por todo el imperio, y la Amanita phalloides, la seta que causó la muerte del emperador Claudio y que a día de hoy sigue ocasionando numerosos casos de intoxicaciones mortales por confusión con la anterior.
De las especies identificadas en estos días destacan Tricoloma cedretorum, un hongo que ha venido de las estribaciones del Riff acompañando a repoblaciones de cedros en el Valle de Alcudia, o también la escasísima Dendrocollybia racemosa, un ejemplar raro y muy pequeño que se encontró en los ecosistemas de hojarasca.
El director del proyecto ha defendido que si se logra una recolección de hongos que respete unos criterios de sostenibilidad, la región contará con un recurso que "se mantendrá siempre" y podrá ser utilizado para mejorar la situación económica.
Para ello, se ha elaborado un decálogo de buenas prácticas para la recolección de hongos de forma sostenible desde un punto de vista ambiental. EFE