Sólo el 0,01% de sus aguas están protegidas
Las orillas del Mar Mediteráneo entrelazan una rica variedad de culturas y lenguas. Sus profundidades ofrecen un tesoro marino dotado de gran belleza que muchas veces es olvidado debido a la contaminación que sufre de forma más intensa en las últimas décadas.
Es patrimonio común para más de una decena de países, tres continentes y una miríada de lenguas. Aprovechando su potencial, el Museo de la Ciencia de CosmoCaixa Barcelona ha organizado una exposición para recoger su legado, biodiversidad y riqueza cultural.
La exposición pretende poner de relieve la importancia y ahondar en el conocimiento de este elemento fundamental para la configuración de la idiosincrasia de los países que baña.
Durante una época el Mediterráneo estaba seco. Fue en la época del Messiniense, hace unos seis millones de años. Esto fue provocado por un movimiento en las placas tectónicas que cerró el flujo de agua que venía desde el océano Atlántico, dejándolo seco hasta que otro fenómeno geológico (la apertura conocida como Estrecho de Gibraltar) permitió su relleno.
Las actividades que se han organizado en la muestra, que se podrá visitar desde este mes hasta finales de 2014, están pensadas para entretener y enseñar al público a partes iguales. La participación ciudadana ha sido uno de los objetivos de los organizadores. Una parte de la misma está constituida por arenas de diferentes playas del Mediterráneo (de Israel, España, Italia, Malta...) que las personas han recogido en sus viajes y ahora quieren compartir.
La sobrepesca, la contaminación acústica marina o el arrastre descontrolado provocan una fuerte pérdida de la tradicional riqueza del Mediterráneo. Actualmente, sólo el 0,01% de sus aguas están protegidas. Por eso Banda recuerda que "si uno quiere reparar, tiene antes que conocer. Es el primer paso para poder conservar".
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