El estado sanitario y medioambiental de los Lagos de Covadonga y su entorno preocupa mucho a los investigadores, a los técnicos del Parque Nacional de los Picos y a los lugareños. Y es que a la presencia del ranavirus (un virus que afecta principalmente a los anfibios) hay que sumar la existencia de vertidos que llegan a la vega de Comeya.
El ranavirus afecta a los anfibios, pero también se ha constatado la muerte de otros animales como los reptiles o los peces. Se considera que su fallecimiento puede ser consecuencia de haber ingerido previamente otros animales infectados y que habían desarrollado la enfermedad. El propio Bosch la compara con el ébola para los anfibios por cómo está diezmando poblaciones en el norte de España, como sucede en Asturias y en Galicia. Los técnicos del parque reclaman el vallado del Ercina para evitar que se propague la afección y aunque esta enfermedad no infecta a los animales de sangre caliente, estos sí que pueden trasladarlo y transmitirlo a otros de sangre fría, algo que ya está sucediendo en Europa con este virus con gran presencia en Asia y que está considerado por los investigadores como una de las principales amenazas para la biodiversidad.
En el informe de gestión del Parque Nacional de los Picos de Europa de este año se pone de manifiesto la necesidad de poner un marcha «un plan urgente que incluya el vallado de las orillas para impedir el paso de las personas y el ganado hacia las orillas del lago Ercina». También se propone «la realización de campañas para la extracción de peces y cangrejos de río (introducidos en el lago y reservorio de virus los primeros y depredadores directos los segundos)». Aunque bien es cierto que en el Ercina, un lago de poco más de media docena de hectáreas de superficie y menos de tres metros de calado máximo, apenas quedan ya los cangrejos rojos o las truchas arco iris introducidas hace medio siglo. Tampoco ranas, o las fochas y ánades reales que lo frecuentaban hace años. Las administraciones competentes no están dando publicidad a esta problemática que afecta ya, además de a los de Covadonga, a otros lagos del Oriente y, por lo que parece, tampoco prevén tomar medidas contundentes al respecto en próximas fechas. Desde la propia Consejería de Agroganadería se indicó el pasado septiembre que se descartaba vallar el Ercina y que «no se está estudiando hacer nada» en este sentido. Todo ello pese a la preocupación de los lugareños por cómo puede afectar el ranavirus a la fauna del Parque Nacional de los Picos de Europa y de los ganaderos por si puede tener algún tipo de incidencia entre sus animales.
La presencia del ranavirus no es el único problema medioambiental o sanitario que existe en la actualidad en el entorno de los Lagos de Covadonga. Y es que se están registrando numerosos vertidos que llegan a la vega de Comeya por la canal del Escaleru. Unos vertidos que parecen provenir del mal funcionamiento de la depuradora situada junto al aparcamiento de Buferrera y al desagüe del lago Enol.
Con toda esta problemática los lugareños muestran su preocupación por el peligro que corre este entorno. Y es que aunque una parte de ellos verían con buenos ojos la recuperación del lago temporal de Bricial y del gran lago de Comeya, como propone, por ejemplo, Mariano Zubizarreta; ahora perciben que en lugar de poder ampliarse el complejo lacustre, éste puede llegar a perderse debido a los problemas medioambientales y sanitarios que afectan a la fauna que habita en este entorno, principalmente a los anfibios.
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