jueves, 11 de diciembre de 2014

Un lindo gatito: Impacto de una especie invasora sobre la biodiversidad.

Los gatos son carnívoros sorprendentemente ágiles, inteligentes, que a pesar de llevar coexistiendo miles de años con el ser humano, han logrado conservar su dignidad y libertad y aprendido a obtener del hombre alimento, afecto, confort y protección.

La tendencia humana de tener mascotas y protegerlas ha convertido a los gatos en una de las mascotas preferidas, pero también los ha hecho uno de los carnívoros más exitosos y una grave amenaza para la biodiversidad mundial. Dado que los gatos han acompañado al ser humano desde tiempos prehistóricos (» 9500 a. C.), se han distribuido como especie doméstica, silvestre o asilvestrada en prácticamente todo el planeta, donde han causado un gran daño ecológico.

Aunque no se conoce con exactitud el tamaño de la población mundial de gatos, ésta excede con mucho el tamaño de las otras especies de felinos. En 1994, en varios países de Europa se calculaba una población de gatos aproximada de 41 millones; en ese mismo periodo se estimaba en Australia una población de 1.4 millones, y dos años después se sospechaba que había alrededor de 59 millones de gatos en Estados Unidos, aunque el número podría ser de alrededor de 100 millones. Si bien es difícil conocer el tamaño de las poblaciones silvestres, se considera que el tamaño poblacional de estos gatos puede ser equivalente, regionalmente, al de los gatos domésticos. En 1998 se suponía una población mundial de alrededor de 230 millones, pero podría alcanzar fácilmente los 400 millones.


Alimentar tantos millones de gatos tiene serias consecuencias ecológicas y económicas. A diferencia de otros felinos, los gatos domésticos no cazan única mente para alimentarse, y aun cebados emprenden excursiones de cacería diurnas o nocturnas, capturan la presa y no necesariamente la consumen; pueden “jugar con ella”, llevarla como trofeo a sus amos o utilizarla como “juguete educativo” para sus cachorros. La cantidad de presas en el estómago de un gato puede ir de una a doce, dependiendo obviamente del tamaño de las presas y del gato. Un estudio de cinco meses llevado a cabo en el Reino Unido con 986 gatos mostró que cazaron 14 370 presas, por lo que se considera que capturan en ese país 220 millones de animales silvestres por lo menos.

El gato se considera una especie exótica e invasora. Fue traído al continente americano por los conquistadores y llevado después a las más de 370 islas mexicanas, muchas de las cuales poseían una fauna exclusiva y adaptada estrictamente a las difíciles condiciones ambientales. Se ha señalado claramente a los gatos como responsables de la extinción total o parcial de trece especies de reptiles, veintiséis de aves, dieciocho de mamíferos y probablemente muchas más de anfibios e invertebrados.

No debemos juzgar a los gatos a partir de la percepción humana; los gatos domésticos y asilvestrados son probablemente los carnívoros más eficientes en la actualidad; han sabido aprovechar la simpatía que despiertan entre los humanos y su comportamiento compasivo en beneficio de su especie, por lo que se han adaptado al ambiente humano explotándolo al máximo. Son una especie triunfadora. Es claro el beneficio que aportan los gatos domésticos a la economía, pero desafortunadamente las acciones de los gatos no se circunscriben a nuestro ambiente humano, pues incursionan también en los ecosistemas naturales, donde el impacto gatuno depende tanto de esos ambientes como de la tolerancia de las especies. La cuestión consiste en saber cuántos gatos se deben permitir antes de que rompan irreparablemente el frágil equilibrio de la naturaleza. No se trata de atacar o promover el acoso o la erradicación de los gatos, sino de ser conscientes del papel que desempeñan en nuestro mundo.

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