Los ictiosaurios eran, junto a los plesiosaurios y los mosasaurios, algo así como la versión
marina de los dinosaurios, colosos que se enseñorearon de los océanos
terrestres hasta hace unos 90 millones de años. La causa de su extinción,
ocurrida 25 millones de años antes que la de los “dinos”, no está clara todavía,
pero un nuevo estudio publicado en la revista Nature Communications arroja
nueva luz sobre este caso abierto.
Conocidos como “dragones del mar”, los ictiosaurios ofrecían un
aspecto similar al de los modernos delfines y podían alcanzar una longitud de
quince metros. Ágiles cazadores, alcanzaron su momento de plenitud en el
Jurásico, aunque algo acabó de forma abrupta con ellos. Comúnmente, se pensaba
que su dieta se empobreció debido a la competencia despiadada de tiburones y
peces óseos.
Sin desestimar este factor, el nuevo estudio, realizado por
paleobiólogos de Bélgica, Reino Unido, Francia y Rusia, señala a otro culpable:
el calentamiento climático, fenómeno que también hizo de las suyas en aquellos
tiempos.
El registro geológico muestra que, en efecto, se produjo una
elevación bastante súbita de la temperatura y de los niveles del mar, lo que a
su vez modificó las direcciones de las corrientes, las rutas migratorias y la
disponibilidad de alimentos. Probablemente, los ictiosaurios no se adaptaron
con la suficiente rapidez a las nuevas circunstancias, mientras que otros
animales sí consiguieron salir adelante.
“Durante los últimos 50 millones de años de su reinado, la
evolución de los ictiosaurios fue muy lenta”, ha resumido Valentin Fischer, de
la Universidad de Oxford, el principal responsable del estudio.
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