El sobrevuelo y la órbitación han proporcionado a los astrónomos una gran cantidad de información acerca de la "superficie" de los planetas exteriores y las lunas que orbitan los planetas. Sin embargo, el sondeo profundo de sus atmósferas requiere penetrar en las densas nubes para obtener datos significativos.
Una nave espacial que pesa más de 300 kilogramos cae demasiado lentamente, lo que tiene el efecto neto de reducir la cantidad de datos que se transmiten ya que la señal debe viajar más lejos.
Las sondas mucho menores, posibles gracias a la miniaturización de la electrónica, las cámaras y otros instrumentos, podrían sobrevivir a la caída a través de la atmósfera de Júpiter durante mucho más tiempo sin paracaídas, según John Moores, del Centro para la Investigación de la Tierra y Ciencias del Espacio (CISS), en la Universidad de York, Toronto. "Nuestro concepto muestra que para una pequeña sonda, puede quitarse el paracaídas y aún así obtener suficiente tiempo en la atmósfera para tomar datos significativos, manteniendo la velocidad de transmisión", explica Moores.
MISIÓN JUICE DE LA ESA
Los pequeños satélites que pesan menos de un kilo, conocidos como micro, nano y cubo satélites, ya se utilizan en la órbita terrestre para una amplia gama de aplicaciones. Existen limitaciones en cómo dotarles de suficiente energía y requieren una infraestructura importante para recoger sus señales de datos. El equipo sugiere que la presencia del orbitador JUICE de la Agencia Espacial Europea (ESA) en el sistema joviano para la década de 2030 podría facilitar una misión tándem que lleve microsatélites al planeta. La plataforma de la misión ha sido bautizada SMARA (SMAll Reconnaissance of Atmospheres).
La misión puede ayudar a abordar diversos aspectos de la ciencia planetaria. Por ejemplo, dado que más de dos tercios de la masa total del sistema solar, no incluyendo el Sol, forma Júpiter, su estudio es importante para la comprensión de la naturaleza de la nebulosa solar de la que se formaron el Sol y todos sus planetas. Además, Júpiter está bajo constante bombardeo de cuerpos pequeños, como los asteroides, y la comprensión de su atmósfera podría arrojar nueva luz sobre la naturaleza de éstos. La atmósfera del planeta puede incluso representar un registro histórico de impactos recientes que proporcionan información acerca de la composición del sistema solar.
Además, Júpiter es el más profundo de todos los ambientes planetarios del sistema solar y por lo tanto ofrece un laboratorio interesante para la comprensión de la dinámica de flujo, la microfísica de nubes y la transferencia de radiación en condiciones que son muy diferentes de las que vemos en la Tierra y los otros planetas terrestres.
El estudio de nuestro vecino gigante gaseoso más cercano en detalle podría permitirnos entender los gigantes gaseosos de estrellas distantes con mayor claridad.
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