La nueva legislación plantea dos medidas de reducción obligatorias; los países tendrán que comprometerse a cumplir con uno de los dos objetivos. El primero es que tomen medidas para "reducir el consumo medio anual de las bolsas de plástico ligero no biodegradable hasta 90" por persona al final de 2019 y 40 al final de 2025. En 2010, cada europeo utilizó 198 bolsas de plástico, de las que el 90% eran ligeras, que son las que se quiere reducir.
El otro compromiso por el que pueden optar los miembros de la UE es "garantizar que después de 2018 las bolsas no se entreguen gratuitamente" en los comercios, una medida que ya se toma en algunas comunidades autónomas españolas, donde se cobra a los consumidores. Andalucía, por ejemplo, implantó en 2010 un impuesto sobre las bolsas de plástico de un solo uso. Y Cataluña también está negociando con los comerciantes prohibir la entrega gratuita de bolsas de este tipo en los establecimientos de esta comunidad.
La norma aprobada ayer en la Eurocámara también establece que la Comisión Europea tendrá que "evaluar el impacto en el medio ambiente de las bolsas de plástico oxodegradable, que tras un periodo de tiempo se fragmenta en micropartículas", según ha informado el Parlamento Europeo. Y, antes del fin de 2017, "la Comisión tendrá que plantear reglas sobre etiquetado para asegurar el reconocimiento de las bolsas de plástico biodegradable y compostable".
"Hablamos de un enorme problema medioambiental. Miles de millones de bolsas acaban en la naturaleza convertidas en basura. Esto perjudica al medio ambiente, dañando a peces y aves", ha declarado Margrete Auken, del grupo de Los Verdes, a través de un comunicado.
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