Debido a su gran cercanía, podría ser el primer planeta fuera del Sistema Solar en ser visitado por una sonda espacial, y es por ello que este descubrimiento es tan importante.
Los astrónomos responsables del hallazgo, liderados por Guillem Anglada-Escudé, investigador barcelonés de la Universidad Queen Mary de Londres, revelaron su presencia observando a su estrella. Una pequeña anomalía en su órbita, provocada por la influencia gravitatoria del planeta ha servido para deducir su presencia y algunas de sus características:
-Su masa es 1.3 veces mayor que la de la Tierra
-El planeta orbita a una distancia de 0.05 unidades astronómicas (es decir un décimo de la distancia del Sol a Mercurio) de Próxima Centauro. Con esta cercanía, este planeta no sería habitable en nuestro sistema solar, pero la estrella de Próxima b es una enana roja, por lo que libera mucha menos energía el Sol. Es por esto que Próxima b tendría una temperatura de 40 grados bajo cero, si tener en cuenta una posible atmósfera, que con el efecto invernadero elevaría la temperatura a 0 grados.
- Tanto el día como el año duran 11 días. Ésto se debe a que Próxima b tiene una rotación sincrónica, al igual que la Luna. En consecuencia, al estar una parte siempre expuesta al Sol y la otra congelada, la atmósfera terminaría por desaparecer. Pero según los autores de la revista Nature, la atmósfera se puede mantener si es más densa que la de la Tierra, ya que habría una redistribución del calor por la circulación atmosférica.
- En cuanto al agua, hay dos posibilidades. Una de ellas es que el radio del planeta sea pequeño, con un mínimo de 5.990 km, el núcleo sería metálico, el manto rocoso y cabría la posibilidad de un poco de agua. En cambio, si su radio alcanza el máximo de 8.920 km, el planeta estaría formado por un 50% de rocas y el otro 50%, de agua, que formaría un inmenso océano en toda su superficie.
Finalmente cabe destacar que en la actualidad no tenemos la tecnología necesaria para llegar hasta Próxima b, ya que serían necesarios 300.000 años de viaje, pero en el proyecto
Breakthrough Starshot (apoyado por Stephen Hawking, Marck Zuckerberg, y Yuri Milner) pretende
desarrollar nanonaves de unos pocos gramos que se moverán con luz láser, siendo capaces de llegar al planeta en tan solo 20 años. Aunque se cree que se tardarán otros 20 años en desarrollar esta tecnología.
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