El motivo: la desaceleración en la rotación de la Tierra que provoca mayor número de seísmos. Se calcula que en 2018 podrían registrarse de dos a cinco terremotos de magnitud siete, más de lo normal, pero lo expertos insisten: son estadísticas y predecir un fenómeno de este tipo resulta muy complejo.
Volvieron a saltar las alarmas en México. El terremoto de magnitud 7.2 hizo temblar de nuevo al país e hizo recordar la tragedia que acabó con la vida de más 300 personas. "Todos recordamos ese día y pensábamos que iba a ser igual. Afortunadamente no fue así", asegura un ciudadano.
Ha sido el último seismo, pero seguramente no el último. Según un estudio de la sociedad geológica americana, este año se esperan más terremotos de magnitud alta. Se debe, dicen, a la velocidad de rotación de la Tierra.
"Habían visto una relación entre la disminución de la rotación de la Tierra con un incremento del numero de terremotos grandes. Pueden incrementarse en torno a un 15%", Juan Vicente Cantavella, sismólogo del Instituto Geográfico Nacional.
En 2017 hubo siete terremotos de magnitud superior a siete. Contrasta con los datos de los últimos 10 años, la media es casi de 18 seísmos anuales. El estudio señala que las zonas que podrían verse más afectadas son las cercanas al ecuador, lejos de nuestro país.
"Parece que no afectaría particularmente a España primero porque no es una zona donde ocurran muchos terremotos de magnitud mayor que siete y segundo porque no está dentro de la zona ecuatorial", añade Cantavella.
En España ha habido terremotos importantes como el de Lorca o el de Melilla, pero siempre han estado por debajo de esta magnitud.
"Han ocurrido terremotos grandes pero muy distanciados en el tiempo. Tenemos que estar preparados pero afortunadamente no tenemos que convivir con ellos a diario", concluye el sismólogo.
Los expertos apuntan que las estadísticas pueden ayudar, pero que prevenir grandes terremotos es muy difícil.
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