lunes, 31 de marzo de 2014

EL SILENCIO DEL BOSQUE



El guardia forestal, como bien dice la palabra, es o debe ser el ángel de la guarda de los bosques que protege. Debe se una figura activa y sacrificada, que cada día salga a recorrer el despertar de pétalos y rosas. Debe ser el enemigo del silencio de sus hojas, la voz del bosque. Ahora, el Bosque, como lo fuera hace mucho tiempo, vuelve a quedarse mudo.
El Gobierno ha aprobado una nueva modificación de la conocida "Ley de Montes", la cual impide a los guardias forestales denunciar las injurias contra el bosque español directamente a la fiscalía o el juez de turno. Esto supone denunciar las injusticias y problemas a las Administraciones (de carácter regional) superiores, siendo éstas la que comuniquen el problema.
Analizando fríamente esta nueva actualización, es innegable afirmar un hipotético mayor "orden", pues en caso de que, como debería ser, las Administraciones demuestren su competencia para con la  nueva tarea, ésto podría significar una mayor atención hacia los problemas relativos al Bosque, pues las demandas en boca de poderosos, tristemente, pesan más que las denuncias de un simple trabajador. El problema principal, es el "filtro" que esta nueva ley pueda llegar a suponer. Un buen filtro desecha denuncias innecesarias y permite atender a los problemas de mayor importancia con mayor velocidad y precisión. Desgraciadamente, ésto no suele ser así, sino que el sistema acaba cayendo en manos de la corrupción a la que ha sido expuesto. Y es precisamente éso lo que se temen los "guardianes del bosque".
Esperemos que no sea así.




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