Siete ONG de las más relevantes, entre ellas Greenpeace, WWF, Action Aid o Amigos de la Tierra, anunciaron que abandonan las reuniones, en las que se les concede el papel de observadores, porque se está caminando hacia atrás. No les gusta la actitud de Australia o Japón, que han retrocedido en sus compromisos de emisiones y han dinamitado políticas contra el cambio climático en las últimas semanas.
El enojo llevaba varios días reconcomiendo a los principales representantes. Las organizaciones, a las que se ha sumado la Confederación de Sindicatos, denunciaron que los más de 190 miembros de la convención no están dando todo para lograr el acuerdo global que debe ponerse en pie en 2015, en la Cumbre de París, y que sustituirá al Protocolo de Kioto, que dejará de estar vigente en 2020. No ven que se esté haciendo todo lo posible para que a finales de siglo la temperatura no suba dos grados por las emisiones de dióxido de carbono.
El último borrador de las negociaciones de la Plataforma de Durban no responde a las expectativas de la UE, ya que no fija un calendario para que los países presenten sus objetivos de reducción de emisiones de cara al gran pacto de París ni entra en compromisos concretos antes de 2015.
El Gobierno español ha convocado una reunión con países latinoamericanos para coordinar posturas de cara a la reunión de Lima, que se celebrará previsiblemente en Costa Rica. El ministro de Brasil, Luis Alberto Figueredo, insistió en que le importaba más la ambición general que las prisas por fijar plazos para presentar propuestas. “Ahora mismo, la cumbre es como un traje de una novia que solo está hilvanado”, resume el consultor catalán Josep Garriga. Tienen poco más de 24 horas para ajustarlo. La cumbre termina hoy viernes.
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