Más de 5.000 delegados procedentes
de 160 países se reúnen desde hoy en Sidney (Australia) para marcar el futuro
de las zonas protegidas, amenazadas por la falta de recursos económicos y de
interés político. Las áreas blindadas para conservar la biodiversidad del
planeta cubren alrededor del 15% de la superficie terrestre y un 3% de los
océanos, pero se calcula que apenas una cuarta parte de ellas están bien
gestionadas.
El
Congreso Mundial de Parques, un evento que se celebra una vez cada década,
arrancan recordando que “algunos de los espacios protegidos más emblemáticos,
como el Parque Nacional Galápagos, en Ecuador, están experimentando una
degradación significativa, en parte debido a la incapacidad para gestionarlos
con eficacia”.
La UICN, una red de 1.200
organizaciones tanto gubernamentales como ONG, denuncia varios ejemplos de
pasos hacia atrás en la conservación del planeta. Canadá ha recortado un 15% su
presupuesto para áreas protegidas. El Parque Nacional de las Cataratas
Murchison —un paraíso natural en Uganda lleno de hipopótamos, elefantes,
jirafas y cocodrilos del Nilo, en el que se filmó la película La
reina de África— está abierto ahora a la búsqueda de petróleo. En
Indonesia, el Gobierno ha autorizado la minería en casi medio millón de
hectáreas de zonas protegidas. Lo mismo ha ocurrido en Rusia, donde el Gobierno
ha recortado el blindaje de los Bosques vírgenes de Komi —más de tres millones
de hectáreas de tundra en los Montes Urales— para dejar paso a las empresas
mineras. En total, en los últimos años se han detectado 543 casos de
degradación o de eliminación de áreas protegidas.
En el
congreso, que se celebra hasta el 19 de noviembre, presidentes y primeros
ministros una quincena de ministros de Medio Ambiente, líderes de ONG ecologistas
y otros expertos intentarán mostrar que “las áreas protegidas ofrecen
innumerables beneficios, que van mucho más allá de la conservación de la
naturaleza”.
Un tercio de las 100 mayores
ciudades del mundo depende de bosques y humedales protegidos para su suministro
de agua potable, según los cálculos de la organización. En Australia, el
presupuesto para la autoridad que gestiona la Gran Barrera de Coral apenas
supone una centésima parte de los 5.200 millones de dólares australianos (3.626
millones de euros) ganados gracias a los turistas que la visitan.
En el congreso se presentarán
nuevas áreas protegidas. El primero en hacerlo ha sido el presidente de Gabón,
Ali Bongo Ondimba, que en un discurso inaugural ha proclamado la creación de
una red de parques marinos que cubrirá alrededor del 23% de las aguas
territoriales de su país. El ecólogo español Enric Sala, explorador de la
National Geographic Society, y el conservacionista estadounidense Michael Fay,
de la Wildlife Conservation Society, han dirigido el equipo científico que ha
estudiado las aguas de Gabón para optimizar su protección. Los nuevos parques
blindarán a 20 especies de ballenas y delfines, además de a cuatro especies de
tortugas marinas, incluyendo la mayor población del mundo de tortugas laúd.
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