De forma tan
imperceptible como constante, década tras década. Así se ha contaminado el
suelo cercano a una mina de wolframio de los años treinta abandonada, en el
municipio de Guadalix de la Sierra (6.071 habitantes), según una investigación
de geoquímicos del Museo Nacional de Ciencias Naturales y del Consejo Superior
de Investigaciones Científicas.
El trabajo, publicado en la revista científica,
Science of the total enviroment alerta de la necesidad de descontaminar la
superficie afectada y retirar los residuos, que podrían alcanzar los acuíferos
próximos.
La mina se
encuentra en una zona accesible, próxima al cerro de San Pedro, entre Guadalix
y Colmenar Viejo.
Los residuos
que se generaron en la mina de Guadalix se almacenaron utilizando escorodita,
un mineral compuesto a partes iguales por hierro y arsénico, que se emplea en
la industria minera para aislar y deshacerse de este producto tóxico de forma
segura, evitando que contamine el suelo y el agua. "Se emplea como fase
final en la gestión de residuos", explica el geoquímico Fernando Garrido,
uno de los responsables de la investigación, en la que también han participado
científicos de la Universidad de Zaragoza.
Todos ellos han descubierto que, la escorodita, a la intemperie y expuesta a cualquier agente
meteorológico como ha estado durante décadas en la mina abandonada de Guadalix,
no es un método tan seguro como se pensaba.
La escorodita
depositada en la superficie de la mina es “una fuente muy potente de arsénico”,
asegura Garrido. La lluvia ha ido disolviendo el mineral y liberando el
arsénico "en trazas pequeñas, pero de forma continuada e imparable".
La zona, en la que el equipo de científicos comenzó a trabajar en 2008, está
"altamente contaminada". Las muestras que han tomado desde entonces
en las partes por las que discurre el agua de la lluvia hasta un arroyo cercano
revelan concentraciones que triplican los valores de habituales de arsénico en
el suelo. Supone una amenaza cuando contamina aguas subterráneas que luego se
utilizan para el consumo, preparar alimentos o regar cultivos.
El equipo de
científicos, que ya había publicado otros dos estudios sobre la mina de
Guadalix y ahora trabaja en otra en Bustarviejo, mostró sus conclusiones al
Ayuntamiento de Guadalix, que busca una solución, según los investigadores. Los
geoquímicos piden que se retiren los residuos y se almacenen bajo techo para
asegurar su estabilidad.
FUENTE: EL PAÍS.
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