La película Buscando a Nemo (2003) convirtió al pez payaso en una de las especies más deseadas por los humanos. Desde entonces su venta se ha disparado: la fundación Saving Nemo alerta de que cada año se capturan más de un millón de ejemplares que acaban en las peceras de los hogares. Esta demanda ha causado un descenso significativo de la población. Y ahora estos peces sufren otra amenaza: el cambio climático. Un estudio publicado en la revista Nature revela que el pez payaso presenta un descenso en sus hormonas reproductivas cuando la anémona en la que habita sufre un blanqueamiento por el aumento de la temperatura del océano
La investigación se llevó a cabo entre octubre de 2015 y diciembre de 2017 en la laguna de Moorea, una isla del océano Pacífico en la Polinesia francesa. Los científicos observaron a 13 parejas de peces payaso, de la especie Amphiprion chrysopterus, que habitaban en anémonas. Su objetivo era medir cuántos huevos ponían, con qué frecuencia y cuántos de ellos sobrevivían a la incubación.
En marzo de 2016, el fenómeno climático de El Niño elevó la temperatura de la laguna al máximo histórico de 29,3 grados. El calentamiento del agua hace que algunos corales y anémonas expulsen zooxantelas, las algas que les dan su color, y adquieran un tono blanquecino. La investigadora de la Escuela Práctica de Altos Estudios de París (EPHE) y coautora del estudio, Suzanne Mills, señala que no se sabe con certeza porque algunas pierden su color y otras no. “Algunos científicos creen que esto depende de las algas que habitan en ellas y otros defienden que tienen diferencias genéticas que les permiten hacer frente a las altas temperaturas”, explica.
La mitad de las anémonas monitoreadas en la investigación se blanquearon al perder las zooxantelas y recuperaron su color al cabo de cuatro meses cuando las temperaturas del océano volvieron a bajar. Los investigadores analizaron los niveles de estrés y de las hormonas reproductivas del pez payaso antes, durante y después del proceso de blanqueamiento.
Los peces payaso que residían en las anémonas que habían perdido su color mostraban altos niveles de cortisol en la sangre, la hormona que se libera como respuesta al estrés. Además, durante los cinco meses en los que el agua estuvo más caliente, la frecuencia con la que los ejemplares ponían huevos disminuyó un 51% y la cantidad de huevos en cada engendro bajó un 64%. Mientras tanto, estos parámetros permanecieron sin cambios entre los peces alojados en anémonas no blanqueadas.
Los peces payaso ponen de 500 a 3.000 huevos dos veces al mes. Un día antes de que la hembra engendre, el macho limpia el área de la roca inferior a la anémona. Después, guarda y oxigena los huevos durante la incubación y las crías tardan en salir del cascarón una media de seis días. Entre los animales que vivían en las anémonas blanqueadas, los investigadores observaron una caída de un 73% en el número de huevos viables.
Los científicos del estudio señalan que no se sabe con certeza por qué los Amphiprion chrysopterus responden de esta manera al blanqueamiento de las anémonas. Estas últimas protegen a los peces payasos ante cualquier amenaza y, según sostienen los investigadores, es posible que al volverse blancas los peces payaso perciban un mayor riesgo de ser depredados.
El científico del Instituto de Investigaciones Marinas del CSIC Francisco Saborido señala el fenómeno El Niño provoca efectos a corto plazo en las temperaturas del agua. “Sin embargo, el cambio climático es constante, es decir, una vez que se blanqueen las anémonas van a morir y el impacto va a ser mucho mayor”, alerta. El investigador ve muy complicado hallar un remedio al descenso de fertilidad de los peces payaso: "Es muy difícil encontrar soluciones bioquímicas u hormonales que reviertan el blanqueamiento, ya que se trata de áreas enormes de coral. La mejor solución es evitar el cambio climático”, concluye.
Mills sostiene que el objetivo a partir de ahora es “comprender los mecanismos que permiten a algunas anémonas no blanquearse durante períodos de temperaturas elevadas y también comprobar si los peces payaso pueden modificar su comportamiento y hacer frente mejor a los sucesivos episodios de blanqueamiento”. Para ello, el equipo de investigadores ha decidido seguir monitoreando a cada ejemplar durante el siguiente episodio de El Niño. Tal supervisión es posible debido al hecho de que el pez payaso tiene una esperanza de vida bastante larga y es sedentario. Es decir, se mueve muy poco de su anémona de acogida.
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