La
contaminación atmosférica está clasificada como cancerígena por su implicación
en el cáncer de pulmón. Ahora, un nuevo estudio epidemiológico a gran escala
del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por la
Fundación Bancaria 'la Caixa', y la Sociedad Americana contra el Cáncer vincula
algunos contaminantes del aire con la mortalidad por cáncer de riñón, vejiga y
colorrectal.
La
investigación, publicada en la revista 'Environmental Health Perspectives',
hizo un seguimiento durante 22 años (de 1982 a 2004) a más de 600.000 personas
adultas de Estados Unidos que forman parte del Estudio II de Prevención contra
el Cáncer. El equipo científico relacionó la mortalidad por 29 tipos de cáncer
con la exposición a tres contaminantes ambientales: PM2,5, dióxido de nitrógeno
(NO2) y ozono (O3).
De entre toda
la población estudiada, se registraron más de 43.000 muertes por cáncer no
pulmonar. Las partículas PM2,5 se asociaron con la mortalidad por cáncer de
riñón y vejiga, con un aumento del 14% y del 13%, respectivamente, por cada
incremento de exposición de 4.4 mg/m3.Por otro lado, la exposición a NO2 se
asoció con la mortalidad por cáncer colorrectal, con un aumento del 6% por cada
incremento de 6.5 ppb.
Michelle Turner,
investigadora de ISGlobal y primera autora del estudio, explica que
"aunque numerosos estudios relacionan la contaminación del aire con el
cáncer de pulmón, aún hay poca evidencia científica con otros tipos de
cáncer".
"Este
estudio sugiere que la contaminación del aire no se asocia con la mayoría de
cánceres, pero la asociación con muertes por cáncer de riñón, vejiga y
colorrectal merece mayor investigación", concluyó Turner.
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