Un nuevo estudio basado en una técnica innovadora para analizar cantidades ingentes de datos satelitales proporciona la imagen más clara hasta la fecha de los cambios en el flujo de hielo antártico que discurre hacia el mar. Lo hallado confirma la aceleración de las pérdidas de hielo desde la capa antártica occidental, y revela tasas sorprendentemente estables de flujo procedente de su vecina en el este, que es mucho mayor.
La nueva técnica, basada en visión por ordenador, analizó datos procedentes de cientos de miles de imágenes de los satélites Landsat de la NASA y del USGS (U.S. Geological Survey, el servicio estadounidense de prospección geológica), para determinar con alta precisión los cambios ocurridos en el movimiento de las capas de hielo.
El nuevo trabajo proporciona un punto de referencia con el cual comparar mediciones futuras de los cambios en el hielo antártico y puede usarse para validar modelos numéricos de las capas de hielo, necesarios para confeccionar predicciones razonablemente fiables sobre el aumento del nivel del mar. También abre la puerta hacia un procesamiento más rápido de cantidades masivas de datos de otras clases.
"Estamos entrando en un nueva era", enfatiza Alex Gardner, miembro del equipo de investigación y científico del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA, en Pasadena, California, Estados Unidos. "Cuando empecé a trabajar en este proyecto hace tres años, existía un único mapa del flujo de las capas de hielo, el cual se hizo con datos recogidos a lo largo de 10 años, y que fue revolucionario cuando se publicó en 2011. Ahora podemos cartografiar dicho flujo de hielo sobre casi todo el continente, cada año. Con estos nuevos datos, podemos empezar a desentrañar los mecanismos por los cuales el flujo de hielo está acelerándose o ralentizándose en respuesta a las cambiantes condiciones ambientales".
El innovador método del equipo internacional de Gardner ha permitido confirmar en líneas generales los hallazgos anteriores de estos científicos, aunque con unas pocas e inesperadas sorpresas. Entre las más notables se halla una aceleración previamente no medida del flujo de glaciares hacia la Plataforma de Hielo Getz de la Antártida, en la parte sudoccidental del continente, resultado probablemente de un adelgazamiento de la plataforma.
En la investigación también se identificó la aceleración más rápida de los glaciares antárticos durante los siete años del periodo de estudio. Los glaciares que alimentan a la bahía Margarita, en la península antártica occidental, incrementaron su ritmo de flujo de 400 a 800 metros por año, posiblemente en respuesta al calentamiento oceánico.
Sin embargo, el mayor descubrimiento del equipo de investigación quizá sea el flujo estable en la Capa de Hielo de la Antártida Oriental. Durante el periodo estudiado, de 2008 a 2015, la capa no había en esencia cambiado su ritmo de descarga de hielo (el flujo de hielo que entra en el océano). Si bien en investigaciones anteriores se había inferido un alto nivel de estabilidad para esta capa de hielo, basándose sobre todo en mediciones de cambios gravitacionales y de volumen, jamás se había medido directamente esta ausencia de cambios significativos en la descarga del hielo.
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