El fracking es la
fracturación o estimulación hidráulica es una técnica para posibilitar o aumentar la
extracción de gas y petróleo del subsuelo. El procedimiento consiste en la
perforación de un pozo vertical en el cual, se inyecta a presión algún material
en el terreno, con el objetivo de ampliar las fracturas existentes en el
sustrato rocoso que encierra el gas o el petróleo y que son típicamente menores
a 1 mm, favoreciendo así su salida hacia el exterior. El mapa de Pomerania (región
histórico-geográfica situada al norte de Polonia y Alemania) está señalado para
explorar la presencia en el suelo de gas no convencional (gas pizarra) mediante
la controvertida técnica del fracking Polonia lidera la carrera por tratar de emular la revolución del gas que ha
vivido Estados Unidos en los
últimos años gracias al fracking, que ha permitido que su precio sea cuatro veces más bajo
que en Europa. Lo que los ecologistas, Bruselas y parte de la población
se preguntan es si Varsovia no estará dispuesta a hacer demasiadas concesiones
a la industria.
La controversia que persigue alfracking tiene que ver con las incertidumbres medioambientales que genera. Polonia, decidida como está a impulsar esta actividad, acaba de suavizar su legislación ambiental. Desde el 1 de enero los pozos exploratorios de menos de 5.000 metros de profundidad ya no requieren de evaluación de impacto ambiental. Carta blanca para todos los pozos de fracking. Polonia está, energéticamente hablando, entre la espada y la pared. El 92% de su electricidad procede del carbón, el hidrocarburo más sucio, y eso no le gusta a Bruselas. No tiene centrales nucleares y el gas lo importa de Rusia.El Gobierno español también apuesta por el fracking. La actividad, sin embargo. La tramitación de los permisos es lenta y todo parece indicar que la oposición popular y de Gobiernos locales y regionales como el de Cantabria —ha prohibido elfracking en su territorio, pero el Consejo de Ministros ha aprobado este viernes que lo recurrirá en el Constitucional— no pondrán las cosas tan fáciles como en Polonia, donde diferentes encuestas han mostrado que hasta un 75% de la población está a favor.
No es fácil oponerse al fracking en un país con problemas energéticos y una tortuosa historia reciente con el vecino ruso, a juzgar por lo que denuncian algunas organizaciones ecologistas.
La controversia que persigue alfracking tiene que ver con las incertidumbres medioambientales que genera. Polonia, decidida como está a impulsar esta actividad, acaba de suavizar su legislación ambiental. Desde el 1 de enero los pozos exploratorios de menos de 5.000 metros de profundidad ya no requieren de evaluación de impacto ambiental. Carta blanca para todos los pozos de fracking. Polonia está, energéticamente hablando, entre la espada y la pared. El 92% de su electricidad procede del carbón, el hidrocarburo más sucio, y eso no le gusta a Bruselas. No tiene centrales nucleares y el gas lo importa de Rusia.El Gobierno español también apuesta por el fracking. La actividad, sin embargo. La tramitación de los permisos es lenta y todo parece indicar que la oposición popular y de Gobiernos locales y regionales como el de Cantabria —ha prohibido elfracking en su territorio, pero el Consejo de Ministros ha aprobado este viernes que lo recurrirá en el Constitucional— no pondrán las cosas tan fáciles como en Polonia, donde diferentes encuestas han mostrado que hasta un 75% de la población está a favor.
No es fácil oponerse al fracking en un país con problemas energéticos y una tortuosa historia reciente con el vecino ruso, a juzgar por lo que denuncian algunas organizaciones ecologistas.
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