lunes, 2 de febrero de 2015

Lluvia en Venus

En Venus también llueve

Pero no precisamente agua. En Venus no nos sirven los paraguas habituales que empleamos en la Tierra, para salvar unas cuantas gotas de agua no serviría ni un paraguas de plomo. En Venus el plomo se funde.
La lluvia de Venus es una de las más ácidas de todo el sistema planetario, de modo que lo que llueve es ácido sulfúrico (su fórmula es H2SO4). Aunque parece que no llega a tocar el suelo, desintegrándose a cierta altura. La lluvia procede de los compuestos químicos presentes en la atmósfera de Venus como el dióxido de azufre o el mismo ácido sulfúrico.
El ácido sulfúrico, es un compuesto químico extraordinariamente corrosivo, que se emplea mucho en la Tierra para la industria de fertilizantes, tratamiento del acero o refinamiento del petróleo entre otros.

La presión atmosférica

Si hemos conseguido soportar los 600º C de temperatura y hemos sobrevivido a la lluvia ácida, aún tenemos que sucumbir a otra gran penalidad, en este caso la presión de la atmósfera.
En Venus la presión atmosférica al nivel del suelo es 90 veces superior a la terrestre, o lo que es lo mismo, estaríamos soportando una presión equivalente a la que supondría sumergirnos a un kilómetro de profundidad.
Es muy probable que hace unos 4.000 millones de años Venus tuviera grandes océanos de agua líquida. Pero Venus está mucho más cerca del Sol que la Tierra, a unos 108 millones de km., mientras que nuestro planeta, está de media a una distancia de 149 millones de km.
La clave de que Venus siguiera una evolución a peor es la corta distancia al Sol. La atmósfera de Venus contenía vapor de agua. El vapor de agua es otro elemento que provoca el efecto invernadero. Calienta el planeta. A medida que pasaba el tiempo la atmósfera de Venus tenía cada vez más vapor de agua. Más vapor de agua implica más calentamiento global del planeta y el ciclo es imparable. A mayor calor más evaporación del agua, más temperatura.
Los rayos del Sol rompieron las moléculas del agua dividiéndolas en oxígeno e hidrógeno. El hidrógeno al ser más ligero se escapó al espacio, pero no el oxígeno.
La mala suerte parecía no tener fin en Venus. Numerosos volcanes (Venus puede contener más de 1 millón de volcanes) entraron en erupción, despidiendo grandes cantidades de carbono que se combinaron con el oxígeno formando el dióxido de carbono que ayudó de forma definitiva a elevar por el efecto invernadero la temperatura en tan peculiar planeta. Desde entonces, la observación del Sol desde Venus ha quedado vetada para siempre.

¿Qué pasó con las naves que llegaron a Venus?

Todas aquellas que osaron atravesar las nubes de Venus, quedaron abrasadas, fundidas y aplastadas por la presión atmosférica, la mayoría de ellas no sobrevivieron más de una hora antes de que sus circuitos se fundieran, pero existen un puñado de imágenes del suelo de Venus.
La exploración de Venus siempre estuvo liderada por la Unión Soviética que desde el primer momento se empeñó en conocer los misterios que encerraba Venus bajo su espesa capa de nubes, pero de una manera diferente intentando hacer posarse en el suelo aquellas naves espaciales.
Es una verdadera pena que Venus siendo el planeta más cercano a la Tierra mantenga unas condiciones extremas ya que se podría explorar de forma fácil y rápida, más o menos como lo hacemos en Marte.

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