La contaminación del suelo plantea un serio desafío para la productividad agrícola, la seguridad alimentaria y la salud humana, pero se sabe muy poco sobre la escala y la gravedad de la amenaza, según advierte un nuevo informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura que se dio a conocer recientemente dentro un Simposio Mundial sobre la materia que se celebró en Roma a comienzos de esta semana. «La contaminación de los suelos afecta a la comida que comemos, el agua que bebemos, el aire que respiramos, y la salud de nuestros ecosistemas», comentó la directora general adjunta de la FAO, Maria Helena Semedo, al inicio del citado simposio. «El potencial de los suelos para hacer frente a la contaminación es limitado y, por eso, la prevención de la contaminación de los suelos debería ser una prioridad en todo el mundo», añadió. Hasta ahora no se ha realizado una evaluación sistemática del estado de la contaminación del suelo a nivel mundial, señala el informe.
Los estudios que se han llevado a cabo se han limitado, en su mayoría, a las economías desarrolladas. De modo que existen grandes lagunas de información respecto a la naturaleza y el alcance del problema, subrayan desde la FAO tras analizar la literatura científica existente con respecto a la materia. China, por su parte, ha clasificado el 16% de todos sus suelos -y el 19% de sus suelos agrícolas-, como contaminados. En Estados Unidos, 1.300 localidades aparecen en la lista de prioridades nacionales Superfund, en la que las autoridades incluyen aquellas que sufren un elevado índice de polución.
La contaminación del suelo a menudo no puede percibirse ni evaluarse directamente «Estos datos nos ayudan a entender la clase de peligros que la contaminación plantea a los suelos, pero no reflejan la complejidad de la contaminación del suelo en el mundo y ponen de relieve la insuficiente información disponible y las diferencias en el registro de sitios contaminados en diversas regiones geográficas», remarcan desde la ONU.
Peligro oculto para la salud
La contaminación del suelo a menudo no puede percibirse ni evaluarse directamente, lo que lo convierte en un peligro oculto, con graves consecuencias. Entre ellas afecta a la seguridad alimentaria, al dificultar el metabolismo de las plantas y al reducir los rendimientos agrícolas, haciendo además que los cultivos sean nocivos para el consumo.Los contaminantes dañan también de forma directa a los organismos que viven en el suelo y lo hacen más fértil. Y, por supuesto, el suelo contaminado con elementos peligrosos , productos químicos orgánicos como BPC y HAP o productos farmacéuticos -como antibióticos o disruptores endocrinos- plantea graves riesgos para la salud humana.
Los estudios que se han llevado a cabo se han limitado, en su mayoría, a las economías desarrolladas. De modo que existen grandes lagunas de información respecto a la naturaleza y el alcance del problema, subrayan desde la FAO tras analizar la literatura científica existente con respecto a la materia. China, por su parte, ha clasificado el 16% de todos sus suelos -y el 19% de sus suelos agrícolas-, como contaminados. En Estados Unidos, 1.300 localidades aparecen en la lista de prioridades nacionales Superfund, en la que las autoridades incluyen aquellas que sufren un elevado índice de polución.
La contaminación del suelo a menudo no puede percibirse ni evaluarse directamente «Estos datos nos ayudan a entender la clase de peligros que la contaminación plantea a los suelos, pero no reflejan la complejidad de la contaminación del suelo en el mundo y ponen de relieve la insuficiente información disponible y las diferencias en el registro de sitios contaminados en diversas regiones geográficas», remarcan desde la ONU.
Peligro oculto para la salud
La contaminación del suelo a menudo no puede percibirse ni evaluarse directamente, lo que lo convierte en un peligro oculto, con graves consecuencias. Entre ellas afecta a la seguridad alimentaria, al dificultar el metabolismo de las plantas y al reducir los rendimientos agrícolas, haciendo además que los cultivos sean nocivos para el consumo.Los contaminantes dañan también de forma directa a los organismos que viven en el suelo y lo hacen más fértil. Y, por supuesto, el suelo contaminado con elementos peligrosos , productos químicos orgánicos como BPC y HAP o productos farmacéuticos -como antibióticos o disruptores endocrinos- plantea graves riesgos para la salud humana.
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