Un estudio ha identificado en el subsuelo del canal de Sicilia un gran cuerpo de sedimentos arrastrados por el enorme flujo de agua que rellenó la cuenca del Mediterráneo oriental hace 5,3 millones de años durante la denominada Megainundación Zancliense. Este evento puso fin a la Crisis de Salinidad del Messiniense, una etapa durante la cual el mar Mediterráneo, tras haber quedado aislado del océano Atlántico, se desecó y quedó convertido en un gran lago salado.
Una investigación elaborada por un equipo internacional de científicos ha encontrado nuevas pruebas que respaldan la hipótesis sobre la mega inundación ocurrida durante el periodo Zancliense, una entrada masiva de agua atlántica en la cuenca del Mediterráneo que tuvo lugar hace unos 5 millones de años y que puso fin a lo que se conoce como Crisis de Salinidad del Messiniense (CSM), un período durante el cual se produjo la desecación parcial del mar Mediterráneo.
El trabajo, liderado por la Universidad de Malta y en el que ha participado el investigador del Instituto de Ciencias de la Tierra Jaume Almera del CSIC (ICTJA-CSIC) Daniel García-Castellanos, ha sido publicado en la revista Scientific Reports.
Gracias a los perfiles sísmicos y los testigos recuperados del fondo marino, los autores del estudio han identificado en el subsuelo del canal de Sicilia un cuerpo de sedimentos que califican de "extenso" y "caótico" al que han denominado “Unidad 2”.
Según el estudio, la “Unidad 2” estaría formada por los materiales erosionados y arrastrados por el inmenso flujo de agua que, a través del estrecho de Sicilia, inundó la cuenca Jónica una vez se hubo colmatado la cuenca occidental del Mediterráneo con el aporte de agua proveniente del océano Atlántico y que había entrado primero por el actual estrecho de Gibraltar.
Estos sedimentos se encuentran, según los investigadores, por encima de una capa de sales depositada con anterioridad durante la desecación parcial del mar Mediterráneo ocurrida durante la CSM y bajo otra de sedimentos de origen marino común depositados una vez se hubieron restablecido las condiciones oceánicas normales.
“Los depósitos que hemos identificado en nuestro estudio se caracterizan por tener poca reflectividad de las ondas sísmicas y por carecer de una estructura interna ordenada de capas, una característica que es típica de los sedimentos originados por inundaciones catastróficas”, explica García-Castellanos.
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